Si el primero opera según los principios del entendimiento, entonces el segundo, en consideración a lo que éstos dejan sin determinar en las leyes generales de la naturaleza, debe operar según un principio trascendental propio, pensando las leyes empíricas, como prescritas para nosotros, no para la naturaleza.Ustedes saben que la Crítica del juicio tiene dos partes: la teleología y, propiamente, la estética.Otro modo de ver cómo lo universal y lo particular se articulan es el juicio teleológico.No dice: la naturaleza es un reino de fines, sino que se presenta.porque en el fondo, vemos proyectada sobre la naturaleza la teleología que las propias facultades de conocer contienen en ellas mismas.Ustedes saben que la Crítica del juicio tiene dos partes: la teleología y, propiamente, la estética.Otro modo de ver cómo lo universal y lo particular se articulan es el juicio teleológico.No dice: la naturaleza es un reino de fines, sino que se presenta.porque en el fondo, vemos proyectada sobre la naturaleza la teleología que las propias facultades de conocer contienen en ellas mismas.O sea, las cosas tienden a… [8]El análisis[9] de los juicios del gusto, dará las claves del predicado "bello" y dado, que al juzgar concurre aquí también el entendimiento, pues la imaginación ha de concordar con sus conceptos, pero sin determinar cuáles, dicho análisis ha de estar guiado por las funciones lógicas del juzgar.No una satisfacción interesada (vinculada a la voluntad del sujeto , de que un objeto exista), sino desinteresada (vinculada al sentimiento de placer y dolor en la mera contemplación del objeto).Son interesadas, la satisfacción en lo agradable (sentimiento que descansa totalmente en la sensación) y en lo útil y lo perfecto (sentimiento en el que media el concepto de un fin objetivo externo o interno, respectivamente).Según la Relación, los juicios de gusto solo pueden expresar una finalidad subjetiva: sin fin alguno.Los juicios de gusto serán juicios estéticos "puros" y no simplemente empíricos, en la medida en que la belleza se predique sin consideración a una satisfacción empírica (encanto y emoción) y de modo ajeno a un condicionamiento conceptual: la belleza de una flor es "libre", en la medida en que no se sustenta en qué es; por el contrario, la belleza humana o de un caballo es "adherente", porque presupone un concepto del objeto, al cual se vincula su pefección.Pero, mientras que el juicio del gusto lleva aparejado un "reposo" del espíritu (contemplación), el cual arroja una noción unitaria de lo bello, el juicio acerca de lo sublime lleva aparejado un "movimiento" del espíritu (conmoción: atracción y repulsión ante su objeto), el cual arroja dos nociones de lo sublime : matemática y dinámica, según la imaginación refiera ese movimiento al entendimiento o a la voluntad, respectivamente.[f] Si[14] juzgar un objeto como bello expresaba una finalidad de este en relación con el Juicio, juzgar algo como sublime expresa una finalidad del sujeto en relación con ese algo.[16] Puesto que los juicios estéticos puros pretenden la validez universal y necesaria de juicios "particulares",[17] que no están basados en conceptos ni son susceptibles de demostración, el principio a priori del gusto no puede ser un principio objetivo, sino un principio subjetivo del Juicio en general, que ha de solucionar el problema de cómo son posibles los juicios sintéticos a priori del gusto.Como todo arte, ha de llevar a cabo su producto según una regla, pero no una, que tenga a su base un concepto y determine la posibilidad de ese producto , sino dada por " la naturaleza " al sujeto; regla, pues, cuya paradoja estriba en no ser regla, pues nace del substrato suprasensible de todas las facultades del sujeto.[19] El artista habrá de referir la obra al gusto, hasta dar con una forma, que contente a este, cabiendo como resultado obras de arte con genio, pero sin gusto, y viceversa.Se llaman "ideas" porque, solo pretendidamente, pueden exponer esos conceptos y, fundamentalmente, porque son intuiciones internas, que nunca van a ser adecuadas a ningún concepto ni , por tanto, puede haber lenguaje (en sentido: cognoscitivo o enunciativo)[g] que enteramente las exprese e interprete .En cualquier caso, esas ideas se solventan en todo lo que llamamos bello, la belleza es su expresión; la belleza natural, la expresión inmediata de ideas estéticas, que son suscitadas en la imaginación por la reflexión sobre una intuición dada de un objeto, sin concepto, y la belleza artística, la expresión mediata de ideas estéticas, que son suscitadas en la imaginación por un concepto, lo que requiere producir los objetos, cuyas bellas formas sean su expresión, disponiéndo así de la naturaleza dada para crear otra "superior" .Ha de considerarse, pues, si hay solución para la antinomia, según la cual: el juicio de gusto no se basa en conceptos, porque no admite demostración (estética empirista) y el juicio de gusto se basa en conceptos porque admite discusión y esta presupone acuerdo (estética racionalista).Sin embargo, no ocurre así con la finalidad objetiva, que ni siquiera podemos certificar en la experiencia, sin haberla introducido antes ocultamente, por ser esta un tipo especial de causalidad, cuyo fundamento es un ser inteligente, que de suyo es ajeno al mero mecanismo y del que, por otra parte, este mecanismo tampoco precisa.Se trata, pues, de un principio regulador del Juicio reflexionante, para investigar la naturaleza, mediante el cual , esta es pensada "como si" operara en los objetos que produce, según conceptos y, consecuentemente, como "técnica" por sí misma.Para que haya derecho al juicio teleológico, la finalidad objetiva ha de ser "material o empírica" (conocida por experiencia y esencial al concepto del objeto) y no, como la de algunas figuras geométricas, "formal o intelectual" (cognoscible a priori y no esencial a su concepto).Es, por tanto, un principio subjetivo para el Juicio reflexionante o máxima necesaria del mismo, que le impone la razón.Este guiarse el Juicio reflexionante por una máxima o principio regulador, que es un principio a priori de la razón(porque en el principio teleológico o de finalidad interna de los seres organizados, la finalidad es enunciada como universal y necesaria[28]) conlleva, que dicho principio, nunca puede tener para nosotros un carácter superfluo: no solo " ninguna razón humana puede esperar absolutamente esperar comprender la producción, ni siquiera de una hierbecilla, por causas meramente mecánicas " sino que, además, permite descubrir leyes naturales, que quedarían escondidas bajo la consideración estrictamente mecánica de la naturaleza.L.Zuidervaart "Aesthetic Ideas" and the Role of Art in Kant's Ethical Hermeneutics 11.J.Bojanowski Kant über das Prinzip der Einheit von theoretischer und praktischer Philosophie ( Einleitung I-V) 3.G. Kohler Gemeinsinn oder: Über das Gute am Shönen.Von der Geschmackslehre zur Teleologie (&&39-42) 9.