Johann Georg Hamann

Tradujo al alemán diferentes obras de filosofía y economía política.

Así, aunque Hamann fue un autor ilustrado en sus principios, rompió en 1758 con la Ilustración; a partir de entonces, sus obras de cabecera pasarían a ser el Antiguo Testamento y la Cábala, tomando como modelo al místico Jakob Böhme (1575-1625) y el teósofo Friedrich Christoph Oetinger (1703-1782).

Harmann se trasladó entonces a su ciudad natal, en 1767, donde polemizó con Kant, Herder y Moses Mendelssohn, aunque no hasta el punto de romper su amistad.

Así, encontraba que la interpretación irracionalista del «solo sé que no sé nada» de Sócrates era la más correcta, y daba primacía al sentimiento, a la voluntad y a la acción sobre todo lo demás, porque salvan la peculiaridad del individuo concreto íntegramente.

Criticó despiadadamente las medidas ilustradas de Federico el Grande, pero su amigo Kant le encontró un puesto en la Administración prusiana.

K. Gildemeister publicó una monumental biografía del filósofo (Johann G. Hamanns, der Magus in Norden, Leben und Schriften.

Tal vez la aportación más original de su pensamiento sea la consideración del lenguaje como una aptitud simbólica y creadora del hombre primitivo, una condición excelsa y congénita, con el mismo carácter que la creación divina o a su semejanza.