Estaba construido con casco de acero y veinte compartimientos estancos.
Usaba un destilador Weis para alimentar sus cuatro calderas de llama directa, dos cilíndricas a popa, para navegación a velocidad económica, y dos tipo locomotora a proa, para alta velocidad.
Fue botado el 27 de mayo de 1892 y entró en servicio dos años después junto con sus gemelos construidos en el mismo astillero, el Galicia y el Vicente Yáñez Pinzón.
En 1898 se hallaba en el puerto de La Habana, aunque no llegó a participar en ninguna de las tres salidas que los buques españoles realizaron desde el puerto habanero.
Por este artículo fue repatriado a mediados de 1899 junto con sus compañeros de serie, con la excepción del Galicia, que fue vendido a Venezuela.