A fines de ese año prestó ayuda al Ejército del Norte aportando con 600 hombres de la Caballería Tarijeña que fueron comandados por el coronel tarijeño José Antonio de Larrea y por el caudillo salteño Martín Miguel de Güemes para las decisivas batallas Cotagaita y Suipacha.
Pero el nuevo jefe del Ejército del Norte, Juan Martín de Pueyrredón, decidió intentar la defensa más al sur, en la Quebrada de Humahuaca, dejando a Tarija del lado realista.
En la Provincia de Salta formó entre los opositores al gobernador Güemes y tomó parte en la revolución que lo derrocó por corto tiempo en 1821.
Echazú volvió a Salta, donde fue asesor del gobernador José Ignacio Gorriti, y más tarde del teniente de gobernador de Jujuy, Pablo Alemán.
Se dedicó a la abogacía particular en su ciudad natal, y años más tarde se mantuvo en contacto con los emigrados unitarios argentinos, a los que dio apoyo económico para sus intentos de invadir el norte argentino.