Maracanazo de la selección chilena

Las nueve selecciones de la región formaron tres grupos para disputar los 2,5 cupos restantes.

Para dicho objetivo, el entrenador Orlando Aravena había asumido la dirección técnica de la selección chilena en 1988 a tiempo completo.

Como apronte a las eliminatorias, se jugó la Copa América 1989 en Brasil, en donde Chile quedó eliminado en primera ronda.

Con un ambiente caldeado por declaraciones de Aravena, quien indicó, dentro del contexto de la pelea en que Evander Holyfield venció por KO al boxeador brasileño Adilson "Maguila" Rodrigues, que la selección brasileña «Así van a caer, como Maguila».

[4]​ Además, Aravena no permitió el ingreso a las prácticas chilenas de los enviados especiales brasileños.

Chile hizo caso omiso a la recomendación de la FIFA sobre que ambas selecciones saltaran juntas al campo de juego, saliendo primero, ante lo cual Brasil salió luego, recibiendo una rechifla monumental que no paró inclusive en los himnos.

Con un juego violento por parte de ambos seleccionados, que terminó con las expulsiones de Romário, Raúl Ormeño y Orlando Aravena, no se sacaron ventaja, abriendo la cuenta Brasil con un autogol de Hugo González en una desafortunada acción, llegando a empatar gracias a una avivada de Jorge Aravena, tras cobrar el árbitro del partido retención en contra del arquero Taffarel, que ingenuamente le pasó el balón a Aravena, quien rápidamente jugó para Ivo Basay que marcó el empate faltando diez minutos para el final.

En el minuto 67 del partido, desde las tribunas del estadio surge una bengala, la cual estalla entre dos a tres metros cerca de Rojas, que se desploma y queda envuelto por el humo emanado por la bengala.

[10]​ En camarines, Miguel Nasur y Alfredo Asfura señalaron en la inconveniencia de retirar al equipo del partido, pero los jugadores mantuvieron su decisión, apoyados por Sergio Stoppel.

[7]​ este último le comunicó la decisión del retiro a los comisarios Agustín Domínguez y Eduardo Roca.

[7]​ Mientras tanto, Ricardo Alfieri, reportero gráfico argentino, señaló que la bengala no le había pegado al arquero chileno, lo que le llevó insultos por parte del periodista chileno Nicanor Molinare.

[7]​ El baloncestista norteamericano Willie Whittemberg, que pasaba por allí, fue confundido con un brasileño y agredido por la turba, mientras el embajador brasileño fue al día siguiente a La Moneda a solicitar al General Augusto Pinochet Ugarte, Presidente de la Junta Militar de Gobierno y dictador que gobernaba Chile en ese entonces, protección para la embajada, y sus emisarios luego de recibir constantes amenazas a raíz del partido.

Por suerte alcancé a hacerle el quite, salté, caí y desde ese instante no recuerdo nada más.

No obstante, la policía brasileña logró identificar y arrestar a quien lanzó dicha bengala al campo de juego: una aficionada de 24 años llamada Rosenery Mello do Nascimento, que alcanzó breve fama como la Fogueteira do Maracanã, quien posó para la revista Playboy años después y murió en 2011.

[19]​ Al aumentar las pesquisas sobre la verdad de los hechos, parecía evidente para las autoridades de la CONMEBOL que la herida del guardameta chileno había sido fingida y no había sido causada por algún objeto lanzado desde las tribunas.

[20]​Los medios de comunicación chileno fueron cambiando progresivamente su duro enfoque inicial, por una postura mucho más receptiva, hasta comenzar a asimilar el engaño.

[n 4]​ Además, fueron sancionados por la FIFA Sergio Stoppel, entonces presidente de la FFCh;[12]​ Orlando Aravena, entrenador; Fernando Astengo, defensa y subcapitán del equipo; Alejandro Koch, kinesiólogo; Nelson Maldonado,[22]​ utilero y Daniel Rodríguez, médico, entre otros.

Rojas se quiebra emocionalmente, y comenzó a sollozar, confesando por primera vez haberse autoinferido la herida.

En el libro Historias Secretas del Fútbol Chileno 2, algunos seleccionados indicaron off the record que:

Mientras que Jaime Ramírez, quien formaba parte de la selección chilena en esos tiempos, declaró:[28]​

En 2013, Astengo indicó que habían al menos involucrados más en el incidente, entre ellos algunos jugadores; sin embargo, no dio nombres.

Todo comenzó tras un cabezazo del portero Ignacio Carlos González, por la espalda, al delantero boliviano Demetrio Angola luego de que el jugador argentino Gustavo Zapata fuera expulsado e intentara agredir a Angola.

Cruz nunca ha aclarado cómo pudo ocurrir ese hecho tan extraño alegando que ya «es pasado».

[34]​ Este incidente trajo a la memoria el Maracanazo, aunque los argentinos no reclamaron los puntos, por temor al antecedente chileno y por consiguiente no hubo sanción alguna a quienes protagonizaron este hecho.