Manuel Virto
Nació en 1778 en Madrid, hijo de Baltasar Virto y Clara Vera.El coronel Jorge Torino, por su parte, manifestó que: «El sargento mayor D. Manuel Virto, desempeñando las funciones de sus empleos con aptitud y honrado celo, en todas las ocasiones en que se le ha ocupado en defensa de la causa de América contra el enemigo común y el orden de la Provincia, últimamente en la expedición al Perú con el Sr. General Arenales, en las que ha desempeñado sus funciones con la mayor honradez y puntualidad, por lo que ha sido acreedor a la consideración de sus jefes».[Nota 1][2] Tras reorganizar sus fuerzas, el general Alejandro Heredia se dispuso a tomar la ofensiva contra las tropas del general alemán experto mercenario a sueldo de la confederación peruanoboliviana Otto Philipp Braun y encargó a Virto que con su división avanzara hacia las montañas de Iruya, en poder del coronel Timoteo Raña, para atacar al grueso del ejército peruano-boliviano por la retaguardia e impedir su retirada mientras que la división al mando del general Gregorio Paz debía recuperar para la Confederación Argentina la frontera con Tarija y desde allí en una extensa contraofensiva amenazar la ciudad altoperuana o boliviana de Chuquisaca.En el camino se reunieron con el batallón Restauradores (coronel Esteban Iriarte ) y 50 infantes de Jujuy (capitán Bernardo Lagos ), sumándose luego la compañía de granadero s del Voltígeros (capitán Lorenzo Álvarez).Virto y sus hombres los persiguieron hasta los parapetos y trincheras que rodeaban al pueblo, donde se sumó la caballería de Iriarte tras batir a un grupo de infantería peruano-boliviana.La lucha en las trincheras se mantuvo hasta que al mediodía, cuando tras fracasar los sucesivos asaltos, comprometida ya la reserva y agotadas las municiones, los argentinos se retiraron en dirección a Humahuaca, donde permanecieron hasta el 18 de junio, en que Virto recibió órdenes de bajar hacia León.[1] Al estallar en 1852 la rebelión del coronel Hilario Lagos, se negó a servir contra el Estado de Buenos Aires pese a ofrecérsele la jefatura del Estado Mayor por parte de su amigo el coronel Marcos Paz.