Luego quiso hacer una propia religión albanesa por lo que llamó a Mons.Frano Gjini y le dijo : "Yo no separaré nunca mi grey, de la Santa Sede".[1] Todos los mártires fueron asesinados porque creían en Jesucristo y porque ante la exigencia de régimen, no han aceptaron separarse a la Iglesia católica Albanesa de la Iglesia Católica Romana, como quería la dictadura comunista; decían que eran espías del Vaticano; porque conseguían bautizar y dar la comunión bendiciendo trozos de pan que recogían en la ración diaria.[2] Asistió el sacerdote sobreviviente albanés Ernest Simoni quien pasó 18 años en prisión, quien había sido condenado a muerte por haber ofrecido una misa a John F. Kennedy por lo que fue torturado y condenado.Un bulevar está dedicado a los mártires Al menos dos murales describen algunos aspectos que muestra a los frailes encadenados cargando fusiles previamente escondidos por las autoridades y otro muestran ángeles, niños preguntando, sacerdotes absolviendo pecados y gente del pueblo observando los hechos.
Alfons Tracki. Sacerdote alemán mártir y beato en Albania