[1] Fue el mayor de doce hijos, en una familia profundamente religiosa formada por María Sigloni y Antonio Fausti.
A los 18 años, en 1917 fue llamado al servicio militar, y tuvo que interrumpir sus estudios, ejerció como oficial del ejército italiano en la Primera Guerra Mundial.
Estudió y se graduó como doctor en filosofía en la Universidad pontificia Santo Tomás de Aquino.
Fausti fue el precursor y promovió el diálogo islámico-cristiano, trabajando como pacificador e impulsando acciones para desarrollar un espíritu de hermandad entre estas dos comunidades.
Fundó la asociación de los “Amigos del Oriente Islámico”, con alcances nacionales e internacionales.
Allí se manifestaron síntomas de tuberculosis por lo que se pasó a Suiza, desde agosto de 1933 hasta 1936, primero en Alto Adige y luego en Davos, para atenderse la tuberculosis que padecía logrando superar a la enfermedad.
Giovanni Fausti fue ascendido como viceprovincial de los jesuitas en Albania ejerciendo su ministerio con discreción, arriesgando su vida, a pesar del establecimiento muy hostil contra la fe, por parte del régimen comunista de Enver, donde cerró seminarios, destruyó iglesias católicas y musulmanas, quitaron nombres cristianos a los niños en las escuelas, torturando y ejecutando a cientos de personas entre ellos obispos, sacerdotes, religiosos, seminaristas y laicos.