Durante el invierno de 1347 llegó también una gran epidemia de peste que duró un año, mermando a la población.
El marido de Juana I, Luis de Tarento, quiso aprovechar la situación para dar inicio a una invasión, pero las tensiones en la corte napolitana le obligaron a dar marcha atrás.
[1] Luis tuvo que enviar al ejército real contra la familia de los Chiaramonte.
En 1350 se llegó a un compromiso de paz.
Sin embargo, la pandemia llegó hasta el joven rey que murió en la fortaleza el 16 de octubre, con tan sólo 17 años.