En 1934 regresó a Lérida,[4] donde fue director del semanario Terra Ferma.
Tras estallar la Guerra Civil Española, fue apresado y condenado a muerte.
El dirigente tradicionalista catalán decía no poder contestar a aquellas ofensas públicas a través de la prensa debido a la desaparición de El Siglo Futuro, afirmando que «en sentir de muchísimos, tan necesario sería que dejara oír su voz autorizada».
En la misma carta también aseguraba que seguir la política de FET y de las JONS podría dar lo mismo a «quienes han ido bogando de uno en otro partido porque nunca han tenido ninguna convicción política» pero afirmaba que los carlistas «que arraigan su conducta precisamente en la firmeza de convicciones que da la profesión de la verdad política» no podían ser indiferentes a ese proyecto político.
En su archivo personal no figuran cartas posteriores a esta fecha.