[1][a] Estuvo editada por el Consejo Central del Apostolado Castrense[3] y mostraba una inclinación católica[5] y «fuertemente conservadora».
[6] En su primera época reflejó «cierta divergencia» con el pensamiento franquista,[7] circunstancia que cesaría en 1956 cuando empezó a dirigirla Jorge Vigón.
[8][1] Su papel durante la Transición española ha sido tachado de «reaccionario y subversivo» por el militar y profesor Julio Busquets[9] y relacionado con publicaciones de ultraderecha como El Alcázar o Fuerza Nueva por Gabriel Cardona,[9] aunque otras fuentes aseguran que recibió críticas desde los sectores de extrema derecha por su «respaldo» a la Constitución[10] y que podría haber defendido no una vía «involucionista» de vuelta al franquismo sino una «reconducción» de la situación de España tras la muerte del dictador.
[11] Sin embargo, esta tesis se contradice con el hecho de que durante la transición su subdirector fuera el teniente coronel Eduardo Fuentes Gómez de Salazar y el redactor-jefe el comandante Ricardo Pardo Zancada, ambos vinculados al progolpista Colectivo Almendros.
Según José Luis Rodríguez Jiménez, durante ese tiempo la revista se dedicó «de forma prioritaria a justificar ideológicamente la intervención del Ejército en la vida política».