Luis I de Orleans

En su juventud le gustaron las mujeres con pasión, y sin reflexionar sobre los riesgos que corría su salud.

Estuvieron en conflicto frecuente durante sus muchas visitas de regreso a la corte francesa desde Módena.

En ese tiempo, se dedicaba, según el barón de Besenval, a las pasiones que inspira juventud [...] entreteniéndose [con ] la comedia.

En 1719, se le nombró gobernador del Delfinado y, aunque no residió en dicha provincia, como costumbre en aquel entonces, desempeñó su función con mucha aplicación.

Después del nacimiento de su hijo, Orleans a menudo se preocupó por su educación.

Sus relaciones con Luis XV –quien era de su misma edad– fueron cordiales, incluso reprendió al rey en sus malas decisiones.

La reina María Leszczynska le manifestaba una gran simpatía, así como el cardenal Fleury.

Apasionado de las artes y las ciencias (física, botánica, química, bibliofilia , lenguas orientales, exégesis bíblica: defiende la historicidad de las Sagradas Escrituras y la veracidad del cristianismo), adquiriendo una competencia real en estos campos.

Defiende la persecución del abad por su negativa y es su propio capellán quien le concede el viático.

Luis también fue elogiado por brindar una generosa ayuda financiera a las víctimas de las inundaciones en el Loira en 1731 y nuevamente en 1740.