Ludovico Grossi da Viadana

Aunque no hay evidencia contemporánea, se ha afirmado que estudió con Costanzo Porta, un compositor italiano del Renacimiento y representante de lo que hoy se conoce como escuela veneciana.La colección contenía, como su propio título indica, cien motetes sobre textos latinos para voz y órgano, de los cuales cuarenta debían ser interpretados por una voz solista de soprano, alto o tenor, mientras que el resto, en los que el compositor seguía fielmente las reglas tradicionales del contrapunto, aparecían dispuestos para ser interpretados por diversos conjuntos de voces, desde dúos hasta cuartetos.Escribiendo hasta para cuatro voces con indispensable acompañamiento de órgano, demostró que el nuevo medio era factible para la música de iglesia, y aunque los resultados musicales eran a menudo modestos o incluso parecían retrógrados, la influencia de la colección fue inmensa, lo que dio lugar a que pronto la curiosidad por este recién surgido tratamiento del repertorio eclesiástico se extendiera por las instituciones musicales del norte de Italia.El estilo creado por Lodovico da Viadana de una manera prácticamente forzada por las limitaciones materiales de las capillas musicales donde trabajaba, llegaría a madurar lo suficiente como para dar lugar a las primitivas formas de la cantata y el oratorio barroco, con las que tuvo lugar la fusión más consistente entre el estilo dramático italiano y la música sacra.Sus composiciones fueron numerosas, entre las que encontramos Misas, Madrigales, Motetes, Salmos, Magníficats y Lamentaciones, que fueron publicados en numerosas ediciones en Roma, Milán, Venecia… También escribió música profana, pero la cantidad es limitada como se puede esperar de un miembro de una estricta orden religiosa.Consistía en una técnica improvisatoria para el órgano con los acordes que mejor se avenían a la armonía del conjunto, utilizado en composiciones corales como los motetes.Estas composiciones indican ya los instrumentos específicos a los que iban destinados, una práctica todavía no muy extendida en la época.En definitiva, Viadana se ubica muy bien entre los compositores de comienzos del Barroco por la frescura, fluidez y notable calidad expresiva de su música; además, formó a muchos alumnos que continuaron su obra.