Literatura española del Renacimiento

El origen de este movimiento artístico-literario fue el resultado de las relaciones políticas, bélicas, religiosas y literarias que se dieron entre Italia y España desde la mitad del siglo XV, que dieron vida a un amplio intercambio cultural entre estas dos regiones.

En consecuencia Vitoria propugnaba un sistema de mandato donde las etnias inferiores debían ser gobernadas por las superiores, doctrina basada en el servilismo natural, por lo tanto si las naciones incivilizadas se negaban a someterse voluntariamente, la guerra era moralmente legítima.

Con Erasmo en España muere el espíritu de tolerancia, pues no se llegó a ninguna reconciliación ni compromiso entre protestantes y católicos, comenzaba la Contrarreforma; una vez se perseguía la unidad religiosa, solo que ahora dentro del mismo Cristianismo, había terminado el Renacimiento.

El humanismo propone como tarea lograr la pureza auténtica del mensaje cristiano, lograr la unidad de los mejores pensamientos humanos en torno a una filosofía de Cristo donde el hombre moderno puede encontrar la alegría y la felicidad, pero Erasmo no pretendió divinizar al hombre ni poner el Renacimiento al servicio de los hombres.

Si lo ajeno, forzosamente disperso al ser múltiple, se vértebra y refunde en un organismo único, y si en este resplandece el espíritu del escritor, nadie podrá negarle el dictado de original.

Dentro del esfuerzo por establecer influencias, traducciones o adaptaciones, hay un componente de autocomplacencia ya que daba prestigio a quien las descubría.

Esas rudezas eran en su mayor parte un rastreo que significó una pugna entre antiguos y modernos, para exhibir la propia cultura.

En la imitación se debe acudir a varias fuentes que deben transformarse y reducirse a unidad, es decir, convertirse al sentimiento personal que permite obtener el resultado patentemente original (no es la expresión pura del sentimiento, antes es un rodeo la memoria lectora).

En la poesía lírica de la primera mitad del siglo xvi, la crítica reconoce varias corrientes paralelas que confluyen en dos grandes líneas.

A su vez en Italia el entusiasmo por las letras grecolatinas repercute en el resurgimiento del bucolismo, junto al sueño pastoril de la Edad de Oro y otros mitos clásicos que pudieran servir para la comunicación del sentimiento amoroso.

Pero nunca desaparecen rasgos hispánicos característicos como la gravedad y la digna contención, o la voluntad de perderse.

Juan Boscán Almogaver (o Joan Boscà i Almogàver, Barcelona, 1493 - Perpiñán, 1542), poeta y traductor catalán en lengua castellana del Renacimiento.

El caballero catalán se casó con una culta dama valenciana, doña Ana Girón Rebolledo.

Se persuadió de ello en una conversación con su amigo, el embajador veneciano y humanista Andrea Navagiero, en los jardines del Generalife, en Granada, como contó él mismo, ya que este le animó a intentar esa experiencia poética.

Otros caballeros, sin embargo, tenían un concepto más nacionalista del Renacimiento, como por ejemplo Cristóbal de Castillejo, e hicieron ver amablemente su disconformidad en sátiras contra el nuevo estilo.

La poesía castellana quedó así enriquecida con nuevos versos, estrofas, temas, tonos y recursos expresivos.

Por otra parte, su Epístola a Mendoza introduce en España el modelo de la epístola moral como un género poético imitado de Horacio, donde se expone el ideal del sabio estoico con su prudente moderación y equilibrio.

En 1591 cesa en todos sus cargos y, ya enfermo, se traslada desde La Peñuela a Úbeda (Jaén), donde muere el 14 de diciembre del mismo año.

Como es lógico, buena parte de los subgéneros narrativos del siglo xv siguen vivos a lo largo del xvi; sin embargo, hay tres que merecen especial atención: La novela pastoril La novela pastoril es de origen italiano, como la sentimental.

La Lozana andaluza , Venecia, 1528.
Garcilaso de la Vega.
San Juan de la Cruz en un retrato de 1656.
Portada de la edición de Medina del Campo de 1554, impresa por Mateo y Francisco del Canto.