Permaneció encarcelado en un calabozo ocho meses, en unas pésimas condiciones que le hicieron vivir grandes sufrimientos.
Fue esta religiosa la que, al ser destituida y expulsada de España por el general de los carmelitas, Nicolás Doria, se llevó a Francia el poema, siendo publicado por primera vez en París en 1622 en francés.
En España, debido a la censura que ejercía la Inquisición, no se publicó el poema hasta 1630, aunque se había resuelto su publicación en 1618.
[3] Este manuscrito fue redactado por el santo para explicarle el poema a los hermanos de los que era director espiritual.
[4] Posterior al «Cántico A», consta de 40 estrofas.