Como símbolo que denota un segmento de un texto, las letras se vinculan con la fonología.
Un ejemplo de esto último es la combinación sch en alemán (este trígrafo alemán suena de un modo casi equivalente a los dígrafos sh del inglés o al ch del francés y ciertas formas del portugués, o a las letras románicas š o ʂ transcripción de la cirilíca ш).
Así, la secuencia procedente de la geminada latina «nn» se escribía con una pequeña tilde encima de la ene: «ñ»; tal tilde o virgulilla ~ representaba a una n pequeña y "achatada" cursivamente.
En español y en otros idiomas como el inglés, se emplean los numerales arábigos en vez de los romanos.
La creación de las letras se vio precedida por la escritura semítica occidental, que apareció en Canán hacia el año 1000 a. C. Se estima que hay antecedentes en la escritura proto-canita, que se remonta hacia el 1800 a. C. Hacia 2700 a. C., los antiguos egipcios habían desarrollado un conjunto de 22 jeroglíficos para representar en forma individual las consonantes de su lenguaje, más un vigésimo tercer jeroglífico que parece representar vocales al principio o al final de una palabra.
Las mayúsculas y las minúsculas representan el mismo sonido, pero cumplen funciones distintas en la escritura.