Lenguas lule-vilela

Dado su declive demográfico, su dispersión y su grado de asimilación cultural al grupo toba[5]​ Si bien la lengua fue perdiendo continuamente terreno aún en la década de 1970 la lingüista Elena Lozano pudo trabajar con informantes que hablaban la lengua en Quitilipi en la provincia del Chaco.Posteriormente se encontró un número mayor de hablantes en el territorio argentino.Las mismas crónicas de los jesuitas consideran que la lengua era hablada por los vilelas propiamente dichos, además de los chunupíes, los pasaínes, los atalalás, los uacaás, los ocoles, los ipás, los yecoanitas, los yoocs o guamalcas, los omoampas y los yeconoampas.[6]​ Salvo por alianzas temporales los vilela y otros pueblos afines no poseían instituciones políticas centralizadas, más allá del liderazgo o el cacicazgo.Se han señalado algunas similitudes con las lenguas mataco-guaicurú pero no son concluyentes y podrían deberse al contacto entre sus hablantes.[10]​ Sin embargo, esta clasificación en una evidencia débil y la mayoría de los especialistas no la aceptan por considerarla altamente especulativa.Por ejemplo podría ser que el dígrafo tt usado por Machoni denotara a una glotalizada.La alternancia en Lule seç ~ sheç (*[seʦ] ~*[sʔeʦ]) sugiere la ocurrencia de una oclusiva glotal.