[3] Sus conquistas, sin embargo, fueron fugaces, pues los cruzados le hicieron retroceder nuevamente al Peloponeso.
[11] Poco después, mientras el gobierno bizantino estaba preocupado por la cuarta cruzada, Esguro lanzó varios ataques navales contra Atenas, teniendo como aliados a los piratas de Salamina y Egina.
[15][7] Coniates apelo a los ministros del emperador, Teodoro Irénico y Constantino Tornicio, pero fue en vano.
Para la primavera de 1205 Bonifacio controlaba el noreste del Peloponeso, pero las ciudades fortificadas todavía no habían sido tomadas.
[4] Esguro se retiró y fue sitiado en su fortaleza, la bien fortificada ciudadela del Acrocorinto, en un asedio que duró cinco años.
Para forzar el asedio, los francos construyeron dos fuertes, uno en la colina de Pendeskouphi y otro al este, cercano a la ciudadela.
[23] Según la leyenda, Esguro finalmente se desesperó y saltó del acantilado en su caballo.