El protagonista, Arthur Gordon Pym, se embarca clandestinamente en el barco ballenero Grampus.
La fantástica peripecia se desborda en manos del autor, tanto que apenas da respiro al lector entre secuencia y secuencia (la acción apenas articula tiempos muertos de enlace) cosa que se ha achacado al autor como defecto estructural.
Hay crudos relatos que invitan a la especulación y a la polémica: sanguinarias escenas de violencia, cadáveres en descomposición, canibalismo incluso, todas ellas, según era propio en el autor, muy bien dibujadas y cuajadas de detalles escabrosos.
En una sociedad aún puritana como la estadounidense de la época, Poe se atrevió a llegar literariamente muy lejos en sus obsesiones.
El perdedor fue un joven grumete llamado Richard Parker, como el personaje ficticio de Poe.