Lapis specularis

Se extraía de pozos profundos en el subsuelo, encajado en otras rocas, siendo necesario separarlo de éstas una vez en la superficie; Plinio nos lo describe como una piedra fósil en su mayor parte que forma un bloque compacto a modo de cemento [2]​ con la propiedad de dejarse cortar con serrucho con facilidad y en finas capas, y aunque podía encontrarse en otros lugares como Chipre, Sicilia, la Capadocia e incluso en África, el de mayor calidad era el hispano.

También nos habla de la existencia un lapis specularis negro, siendo sin embargo el más común el blanco; asimismo su peculiar calidad radica en que, a pesar de su fragilidad, muestra muy buena entereza sin ajarse al calor y al frío.

Por extensión, a las ventanas acristaladas con este material se las denominada de igual forma.

Aparte de su uso para acristalamiento, también se aprovechó como material constructivo con otros fines, por ejemplo, en forma de virutas y láminas en pavimentos, para recubrir edificaciones como elemento ornamental, como por ejemplo el Circo Máximo durante los espectáculos.

Remitiéndonos a Plinio de nuevo, este nos dice que el yeso obtenido del lapis specularis era el mejor de todos también para otro fin; ya que al fin y al cabo era una variedad de yeso, otro uso constructivo fue la fabricación de yeso y escayola mediante su calcinación del mineral con el fin de usarlo para molduras, vaciados y enyesados.

Yeso translúcido.
Lapis Specularis
Fragmento de "Lapis Specularis" - Mina La Condenada, Osa de la Vega, Cuenca, España.
Fragmento en el que se observan las marcas de corte de la sierra.
Fragmento en el que se observan las marcas de corte de la sierra.
Ejemplo de la translucidez de un fragmento de lapis specularis , recogido en la provincia de Cuenca .