La Hinojosa (Cuenca)

Puede considerarse un término elevado, pues su altura 939 m sobre el nivel del mar, superior a la de la Submeseta Sur.

El clima es el propio de La Mancha, es decir, mediterráneo continentalizado con inviernos fríos y veranos calurosos.

Muchas veces en primavera se producen heladas intensas que tienen efectos nefastos para la agricultura.

Actualmente, sólo quedan unas cuantas hectáreas, conocidas con el nombre de «El Chaparral», ya que su terreno no era apto para la labor agrícola.

En cuanto a la caza menor viven en el término municipal el conejo, la liebre, la perdiz roja silvestre, la codorniz, la paloma torcaz y la tórtola.

La codorniz es migratoria llegando avanzada la primavera estableciéndose en zonas húmedas y emigra a finales del verano.

Viven también pájaros como el jilguero y el pardillo, el gorrión, la bubilla, la alondra, golondrinas, vencejos, tordos, urracas, cuervos.

De la misma manera podemos observar rapaces como el mochuelo, la lechuza, gavilán y el águila perdicera.

A medida que el peligro de posibles avances árabes se va alejando, este núcleo reducido, en torno a la atalaya va extendiéndose y formando barrios, paulatinamente que darán lugar al venidero pueblo.

La calle, donde se hallaba enclavada la plaza y que seguía hacia la iglesia, cruzando el Ejido de esta, la llamaban del Tránsito.

A mediados del siglo XIX, la villa tenía contabilizada una población de 565 habitantes.

Hasta los años sesenta, que se empieza a mecanizar el campo, paulatinamente, la agricultura se desenvolvía con medios primitivos, utilizados a través de los siglos, usando la caballería de tiro, el arado romano, con todos los aperos y utensilios manejados para el desarrollo agrario, que lleva inherentes a las faenas del campo.

Un alivio, en la economía familiar estaba relacionado con los pequeños hortales, que preparaban por temporada, así como la cría de unas gallinas corraleras, el cerdo y algunos conejos.

Un hecho relevante fue la concentración parcelaria llevada a cabo durante la década de los sesenta que tuvo efectos inmediatos inmejorables en la capacidad del trabajo mecanizado y mayor renta en la producción.

Resolvió muchos males habituales y centenarios que venía arrastrando la agricultura, con la desaparición de las minúsculas parcelas existentes.

El olivar y el viñedo sólo están destinados al consumo familiar, aunque actualmente apenas quedan restos de estos cultivos.

[12]​ Los caminos de la población se planificaron durante la concentración parcelaria y tienen forma radial partiendo del contorno del casco urbano para recorrer todo el término municipal, cruzados, a su vez, por otros caminos transversales y los ponen en comunicación entre sí.

En cuanto a su decoración, predomina la incisión con impresiones de punzón oval, triangular, etc..

Por lo tanto no se dan yacimientos destacados por su tamaño, pero sí los hay por su valor cualitativo en el material hallado.

Son cantos amorosos, en los que, metafóricamente, va comparando esas partes atractivas con las flores, el Sol o aquellos productos naturales más apreciados por el hombre.

Los "mayeros" pondrían buen cuidado en elegir adecuadamente al candidato, pues de ello dependía el agrado con que escuchasen el mayo.

El primero de mayo, los "mayeros" se dedicarían a recoger por las casas, lo que voluntariamente querían entregar.

[20]​ No se conoce exactamente cuándo comienza a celebrarse la Fiesta de San Bernardino.

Tenemos que basarnos en conjeturas, pues no consta en documento alguno del pueblo la circunstancia de su celebración.

Con toda probabilidad, a partir de estas fechas comenzaría la devoción al humilde franciscano, San Bernardino.

Allí los “romeros” comen los huevos cocidos, lechuga, pan y vino en abundancia que han preparado para este fin.

[21]​ Esta es la otra fiesta que celebran los hinojoseros, pues están bajo el patrocinio de dos Santos Patrones.

Típica diversión, que se iniciaba con motivo de la “pintura” desaparecida hace ya unos veinte años.

Los rollos (Caridad) los ofrecía, normalmente, una persona piadosa de gran devoción al Santo Patrón y que lo efectuaba para dar gracias por un favor recibido.

Aunque esta fiesta prácticamente desapareció desde hace unos años ha reaparecido, pero no en estas fechas ni en su contexto original.

Vistas desde la iglesia
El pilar