Lacrimabili statu Indorum

[2]​ Sin embargo, en la práctica la situación real -tal como expone la propia encíclica- no se había resuelto totalmente.Ya en el siglo XVI el papa Pablo III se promulga en 1537 la bula Sublimis Deus, en la que se declara a los indígenas como hombres en todas sus capacidades, lo que hace sustituir a la esclavitud en pro de la encomienda.El papa dirige la encíclica a los arzobispos y obispos de América latina, y la comienza recordando aquella otra encíclica de Benedicto XIV, que trató el mismo tema al que va a dedicar estaAdemás, deben advertir a sus fieles la obligación que tienen de ayudar a las misiones entre los nativos, tanto mediante limosnas como con sus oraciones; un comportamiento que exige no solo la religión, sino también la propia patria.Considera el papa que con esta encíclica ha seguido los pasos de sus predecesores, y menciona expresamente a León.