La Sombra (personaje ficticio)

Su alter ego es el sofisticado millonario Lamont Cranston, aunque también protege su identidad secreta con otras dos apariencias: el aviador Kent Allard, y Fritz, un conserje de una comisaría de policía.

– narrada por el actor Frank Readick, se convirtió en una frase idiomática en los EE. UU.

Al final de cada episodio, La Sombra le recordaba a los oyentes que «¡La mala hierba del crimen da frutos amargos!

El crimen no paga... ¡La Sombra lo sabe!» El personaje de La Sombra y su apariencia evolucionaron gradualmente a lo largo de su extensa existencia ficticia: Como aparecía en las revistas pulp, la Sombra llevaba un sombrero negro de ala ancha y una capa negra y carmesí en su interior con el cuello levantado sobre un traje negro estándar.

Para explicar este poder, los episodios radiofónicos decían regularmente que, cuando era joven, La Sombra viajó por todo el mundo y luego por Oriente, donde aprendió a leer los pensamientos y se convirtió en un maestro del hipnotismo, lo que le otorgó «el misterioso poder de nublar las mentes de los hombres, para que no pudieran verle».

No lleva máscara ni ningún disfraz mientras es invisible, por lo que en episodios como «Las campanas del templo de Neban» (1937) se muestra cauteloso cuando se encuentra con un enemigo que podría interrumpir sus habilidades hipnóticas, exponiendo su verdadero rostro y convirtiéndolo instantáneamente en un objetivo visible para el ataque.

La Sombra cuenta con diversos poderes psíquicos, los cuales le fueron enseñados por los monjes tibetanos, gracias a los cuales dejó de ser el gánster Yinko, y halló la redención poniéndose al servicio del bien.

Su principal poder es la umbrakinesis, una habilidad psíquica que le permite manipular las sombras, y hasta usar la suya propia para fundirse con ella.

También posee dominio en menor medida sobre otras habilidades psíquicas, como la Telepatía y la Telekinesis, las cuales también usa con frecuencia.

A partir de entonces, han llevado a cabo las historietas del personaje autores como Al Bare, Jack Binder, William A. Smith, Frank Robbins, Howard Chaykin, Mike Kaluta y Bill Sienkewicz.

El personaje y el aspecto de La Sombra evolucionaron gradualmente sobre su larga existencia ficticia: Como se muestra en las historietas y novelas pulp, La Sombra usaba un sombrero negro de ala ancha y un manto negro, de color rojo carmesí, con un cuello hacia arriba sobre un traje negro estándar.

Se añadieron efectos de voz para sugerir la aparente omnipresencia del personaje.

Allard falsifica su muerte en las selvas sudamericanas, luego regresa a los Estados Unidos.

A pesar de que Lamont Cranston es un personaje separado con el que Allard intercambio su vida; Allard frecuentemente se disfraza de Cranston y adopta su identidad (mostrado en la novela The Shadow Laughs, 1931).

Los dos hombres a veces se reúnen para personificarse mutuamente (ocurrido en la novela Crime on Miami, 1940).

El disfraz funciona bien porque Allard y Cranston se parecen entre sí (novela Dictator of Crime, 1941).

En la radio, La Sombra era solo Lamont Cranston; No tenía otros alias o disfraces.

La Sombra cuenta con su propia red de agentes a lo largo del mundo, la mayoría concentrado en Nueva York.

La Sombra, al ser un héroe bastante popular en Estados Unidos, ha logrado tener crossovers con varios superhéroes del cómic estadounidense.

La Rocque regresó al año siguiente, para protagonizar Crimen Internacional (International Crime), En esta versión, Lamont Cranston es un reportero y criminólogo amateur y el detective que usa el nombre de "La Sombra" como un truco de radio.

El director Sam Raimi, conocido por su trabajo en la saga Evil Dead y la trilogía de Spider-Man, había intentado adaptar a La Sombra en los años 80s y sus esfuerzos vanos le llevaron a crear al superhéroe Darkman Tras el éxito cosechado por las primeras dos películas de Spiderman, en 2006, Raimi y Michael E. Uslan obtuvieron un acuerdo con Columbia Pictures para producir un reboot de La Sombra.

Aunque la recepción de la crítica hacía Spider-Man 3 hizo que Columbia mostrará poco interés en la película, sobre todo con Raimi dirigiéndola.

Orson Welles fue la voz de La Sombra en Mutual Broadcasting System de septiembre de 1937 hasta octubre de 1938.