El divorcio de su madre, y el hecho de que Victoria Melita y Cirilo fuesen primos carnales (pues ambos eran nietos del zar Alejandro II de Rusia), forzó a Nicolás II y a su esposa a desaprobar el romance entre los dos primos.
Sabiendo que el emperador jamás daría su consentimiento para que pudiesen casarse, Cirilo y Victoria Melita se escaparon a Tegernsee (Baviera), donde contrajeron matrimonio en secreto el 8 de octubre de 1905.
Durante su adolescencia, Kira frecuentó a sus primos en las diferentes cortes reales reinantes, principalmente la británica.
Kira mantuvo una entrevista con ella pero no se convenció de su identidad.
En septiembre de 1967, durante una visita a su familia en Saint-Briac-sur-Mer, consumió excesivo azúcar con el café, exclamando: «Que a Dios no moleste, yo como lo que sea y estoy en buena salud».