«Keep It Together» es una canción interpretada por la cantante estadounidense Madonna, incluida en su cuarto álbum de estudio, Like a Prayer (1989).
Records la publicaron como el sexto y último sencillo del disco el 30 de enero de 1990, aunque el lanzamiento se limitó únicamente a los Estados Unidos, Canadá y Japón donde fue el quinto sencillo, dado que el anterior —«Dear Jessie»— no estuvo disponible en dichos países.
La artista interpretó «Keep It Together» en su tercera gira musical Blond Ambition World Tour de 1990, donde era la última canción del repertorio.
Tanto la cantante como sus bailarines lucían un conjunto completamente negro y ejecutaban una coreografía con sillas similar al de Liza Minnelli en el filme Cabaret (1972).
[10][11] Durante las sesiones de composición, ambos crearon cuatro canciones en total, «Keep It Together», «Express Yourself», «First Is a Kiss» y «Love Attack», aunque estas dos últimas al final no se incluyeron en el disco, ya que no se ajustaban al ambiente «confesional» del resto del material y Madonna sentía que no eran lo suficientemente «reales» en ese momento.
[13] Aunque el sonido es «alegre», la letra profundizaba la tensión que existía en cuanto a la rivalidad entre los hermanos de Madonna,[2][14] quienes, por mucho tiempo, habían mantenido una relación «tumultuosa» con ella.
[15] En este sentido, la mayor tensión en la familia se debía, principalmente, a su propia notoriedad y su «deseo de ser especial», aunado a su «insistencia por revelar secretos familiares para consumo público», según el biógrafo Christopher Andersen.
[17][18] En una entrevista con Paul Zollo en 1989, Madonna reveló que el músico estadounidense Prince tocó la guitarra en «Keep It Together»,[19] aunque no fue acreditado en las notas del álbum.
[20][21] Bray se mostró entusiasmado por trabajar con los sonidos de guitarra de Prince,[2] quien también tocó dicho instrumento en las canciones «Like a Prayer» y «Act of Contrition» e interpretó un dúo con Madonna en «Love Song».
[29][30][31] Presenta muchas armonías y un groove clásico con influencias de la música go-go, un subgénero del funk.
[35] En todo el estribillo se aprecian voces multipista y, hacia el final, hay una mezcla «efectiva» en la que el sonido de la percusión empieza a disminuir.
[35][40][41] En el puente, cuando recita I wouldn’t change it for another chance («no lo cambiaría por ninguna otra oportunidad»), hace explícito que crecer en esos suburbios de clase media «no puede haber sido siempre tan horrible».
[47] En Restless in the Promised Land (2001), Jim Cullen manifestó que, si bien era un homenaje al «poder de la familia», también estaba en consonancia con otros temas religiosos «más amplios».
[54][55] El lanzamiento se limitó a los Estados Unidos, Canadá y Japón,[56][57][58] donde fue el quinto sencillo,[59][60] dado que «Dear Jessie» no estuvo disponible en esos países.
consideraron que tenía potencial para ser un éxito, por lo que tuvo su propio lanzamiento como lado A y se incluyó como el último tema de la banda sonora I'm Breathless, el siguiente proyecto discográfico de la intérprete.
[69] Cabe resaltar que esta fue la primera canción de Madonna en publicarse en maxi CD, cuando empezaba a incrementar su popularidad en el mercado estadounidense; desde entonces, sus anteriores sencillos también se editarían en dicho formato.
[106][107] Asimismo, se ubicó en el vigesimoctavo lugar del conteo Adult Contemporary en la semana del 23 de marzo,[108] y también alcanzó esa posición en la misma edición y en la misma lista, pero de Gavin Report.
[118] En la edición siguiente, ascendió hasta la cima del ranquin,[119] por lo que fue el sexto número uno de Madonna —tras «Like a Virgin» (1984), «Angel»/«Into the Groove», «Crazy for You» (1985), «Papa Don't Preach» (1986) y «Like a Prayer» (1989)— y permaneció veintiún semanas en total, nueve de ellas en los diez primeros y cinco en el primer puesto.
[150] Asimismo, Joe Levy de Spin, que la nombró la única «gran canción dance» del material, añadió que «Keep It Together» «filtra "We Are Family" a través de "Into the Groove"».
también aprobó el trabajo del productor y reconoció que mantuvo el ritmo de Like a Prayer en temas funky bailables como «Keep It Together».
[158] En reseñas similares, la biógrafa Marie Cahill recalcó el sonido «más alegre» de «Keep It Together entre tantos «temas dolorosos» en el álbum,[159] opinión que compartió Debbi Voller, autora de Madonna: The Illustrated Biography (1990), quien añadió que proporciona el «ligero alivio» en el disco y la calificó como una de las canciones pop más «puras y simples».
[161] El biógrafo Mark Bego lo denominó «un gran número dance» y la emisora peruana Radio Oxígeno un «himno del pop».
[164][165] En comentarios menos favorables, Rikky Rooksby aseguró que era un «gran tema» para cantar en fiestas, pero, en el aspecto musical, no estaba «especialmente inspirado».
[35] Peter B. King de The Pittsburgh Press desaprobó la voz «limitada» de Madonna, pues sintió que este y otras canciones del material exigían que las interpretara «a todo pulmón, y Madonna no sabe hacerlo».
El curso, que también tomó como estudio a «Oh Father» y «Till Death Do Us Part» de Like a Prayer, tuvo como objetivo examinar «elementos del discurso de la familia disfuncional».
[176] Una vez iniciada dicha gira en abril de 1990, interpretó la versión Single Remix como la última canción del repertorio.
[178][179] Ella y sus bailarines lucieron un conjunto completamente negro que incluía bombines con tiras en la barbilla, sujetador, pantalones cortos ajustados, botas, guantes sin dedos y rodilleras, en un «guiño» a Liza Minnelli en el filme Cabaret (1972).
[180][181] En una entrevista con Stephen Holden para The New York Times, la artista explicó el significado de la presentación: «Por último, justo cuando piensas que voy a terminar con una nota feliz, aparezco con mi familia para hacer una interpretación de "Keep It Together" a lo Bob Fosse y La naranja mecánica.
Es la máxima declaración del concierto sobre la familia, porque somos absolutamente brutales el uno con el otro, tampoco hay duda de que nos queremos profundamente».
[195] Por su parte, Christopher Andersen sintió que la actuación tenía algunos «tintes sadomasoquistas»,[181] comentario que coincidió con Martha Bayles en su libro Hole In Our Soul: The Loss of Beauty and Meaning in American Popular Music (1994),[196] y un editor de Variety señaló que, aunque estuvo bien coreografiada, el acto en general se vio estropeado únicamente por los «repetitivos defectos de la canción».