Era considerado un gran guerrero, y además se cree que fue iniciado como machí –es decir, hechicero– en Tandil.
También era un buen cazador y un gran jinete; su prestigio era indudable, y por eso mismo aspiró a suceder a su padre, chocando con su tío Raninqueo, que había esperado por años para hacerse cargo de la gente del viejo cacique.
[3] Estaba casado con una «india cristiana» llamada Rosa Nahuelpán, que murió de viruela en 1865.
Justo Coliqueo entró entonces por la fuerza al rancho en que éste vivía, y –en su presencia– mató a la acusada.
Desde los caciques al último de los niños fueron obligados a marchar hacia las Salinas.
[6] La situación no mejoró en los meses siguientes: algunos indios enemigos de la agrupación de Manuel Grande se habían refugiado en Los Toldos, supuestamente para unirse a las fuerzas de indios amigos; sin embargo, jefes militares como Ataliva Roca e Hilario Lagos (hijo) no lo creyeron, e interpretaron que se estaba formando una sublevación, por lo que atacaron el pueblo.
[8] Justo Coliqueo fue enviado preso a la isla Martín García; su salud mental empeoró significativamente, y pasó casi un año internado en un hospital en Buenos Aires.