Viajó al actual territorio argentino en 1831, formando parte de la tribu llaimache, 'gente del río Llaima', junto con su padre, el cacique Calfucurá.
Tan solo en el primer pueblo mataron a 400 vecinos, tomaron cautivos otros 500 y robaron 300 000 cabezas de ganado.
El legítimo sucesor de Calfucurá era su hijo mayor José Millaqueucurá (millá: oro; queu: parece, curá: piedra; piedra que es parecida al oro), calificado por el propio Estanislao Zeballos como un “pobre diablo”.
Ante la inminente guerra civil, los ancianos intervinieron y decidieron declarar incapaz a Millaqueucurá para ejercer el cacicazgo (Millaqueucurá moriría asesinado en 1879 por los soldados del coronel Levalle en las tolderías de Salinas Grandes en medio de una borrachera).
Fue enterrado en el cementerio de la colonia, pero en la actualidad se desconoce la ubicación exacta.