Juan Sánchez Barba creció a la sombra del cuñado, residiendo en su casa y especializándose en labores de imaginería, sin dar el salto a la contratación de obra propia hasta 1634, cuando aparece contratando un trono para una Virgen y un Crucifijo con destino a la iglesia del Hospital de Antón Martín.Como las trazas del retablo pertenecen a Sebastián Herrera Barnuevo, cabe suponer que éste influyese en la elección.[2] Más noticias referidas a su obra se encuentran en su testamento, fechado en agosto de 1673.Además legaba al prior una talla de un Ecce Homo y a su confesor, del mismo convento, un Cristo en la cruz.Para este convento declaraba haber hecho dos tallas de Santa Teresa y de San Alberto por las que aún no había cobrado y pedía que se hiciese.Tras la guerra, sin embargo, apareció en la misma iglesia un bello Cristo yacente en talla exenta, dañada por hachazos, que había pasado inadvertida anteriormente y que fue atribuida inmediatamente a Sánchez Barba por María Elena Gómez Moreno.Bello desnudo natural, de suave factura, con el cuerpo levemente arqueado, la mirada dirigida al cielo y la boca entreabierta en gesto suplicante.
Cristo de la Agonía
, Madrid, Oratorio del Caballero de Gracia