Originariamente, estaba dedicado a San Dámaso, pero fue conocido siempre por el nombre de la orden que lo ocupaba.
[5]El escultor Mateo de Cortray realizó la portada que da a la calle del Carmen.
La arquitectura trasluce la filiación post-escurialense del autor, poco conocido por otra parte, en su general simplicidad y austeridad de líneas.
En cuanto a mobiliario, la iglesia albergó un rico patrimonio artístico, diezmado con el paso del tiempo.
Es valiosa asimismo la portada de los pies del templo, por ser el único resto conservado de la antigua iglesia de san Luis Obispo, trasladada aquí en 1950; obra barroca formada por un vano recto decorado con molduras quebradas y tarjetones y dos columnas laterales levantadas sobre altos plintos con original fuste facetado, rematando el conjunto una cornisa con ménsulas, un muy saliente frontón partido y una hornacina con la estatua de san Luis Obispo, el otro titular del templo.