Nació en Sevilla de padres ricos y piadosos que le inculcaron el amor a la causa realista.
Tomó parte muy activa en el levantamiento carlista tras la muerte de Fernando VII, acompañando al general González Moreno a Portugal, donde el pretendiente Carlos María Isidro, en la ciudad de Évora, le trató con gran amabilidad, admitiéndole desde entonces en su ejército y confiándole arriesgadas comisiones en Andalucía, que cumplió con gran celo.
Allí fue recibido por el conde de Montemolín, que aprobó en un todo su conducta.
[1] Batió a los republicanos en Logrosán (Cáceres), y más tarde copó al escuadrón del tercio de la Guardia Civil de Extremadura y la primera compañía del mismo, en Cañamero (Cáceres), y luego batió a los republicanos en la acción de Talarrubias (Badajoz).
[4] Mientras tanto, el brigadier Amador del Villar quedaba como comandante general carlista de La Mancha, Toledo y Extremadura, donde siguieron operando algunas partidas.