Apoyó a Gamarra en su lucha contra la invasión boliviana de 1835 y tras su derrota en Yanacocha, emigró del país.
Falleció en Chile de manera misteriosa, cuando se preparaba para acompañar al Ejército Unido Restaurador en su lucha contra la Confederación Perú-Boliviana.
Logró huir, pero sus bienes fueron confiscados y debió permanecer oculto durante algunos años en la sierra.
[1] Al finalizar el dominio español en 1824, las nuevas autoridades republicanas tuvieron en cuenta su pasado revolucionario y le concedieron cargos públicos.
[6] Durante la rebelión del general gamarrista Pedro Pablo Bermúdez contra el presidente Luis de Orbegoso, tuvo una actitud indecisa, pese a estar comprometido con Gamarra, sin duda al ver la reacción del pueblo a favor de Orbegoso.
Puso también precio a las cabezas de los principales bandidos, entre ellos el célebre negro Pedro Escobar.
Pero estas medidas solo sirvieron para darle fama de sanguinario y la misma población las rechazó.
[16] Pero Bujanda no llegó a embarcarse rumbo al Perú, pues falleció repentinamente, en circunstancias misteriosas.
[17] Murió en plena madurez, cuando su ímpetu hacía presagiar que tendría un papel protagónico en la política peruana.