Fue educado en España, pero nunca le interesó la política o la carrera militar.
Se dedicó casi toda su vida a sus explotaciones agrícolas del Rafol, Novelda, Molina de Segura y las dehesas de Jimena de la Frontera.
Administró muy bien su patrimonio, pero cuando heredó el grueso de los bienes familiares, tuvo que hacer frente a una enorme cantidad de deudas que había adquirido su padre.
Las más urgentes se solventaron con la venta del Coto de Doñana a Guillermo Garvey, por 750.000 pesetas.
El duque se casó en Madrid, el 10 de abril de 1893 con su prima Rosalía Caro y Caro, hija de Carlos Caro y Álvarez de Toledo, XVIII conde de Caltavuturo (hijo de Pedro Caro y Salas, IV marqués de la Romana), y de María Encarnación Caro y Gumucio.