Al año siguiente, fundó el diario católico “La Justicia Social” junto a Matías Trejos.
Se dedicó a las actividades religiosas hasta 1915, cuando por razones personales decidió abandonar el servicio clerical pero, según sus palabras, “sin desertar de mi fe católica”.
Fue suspendido dos veces como cura por parte del Obispo Juan Gaspar Stork Werth, la primera por su participación en la guerra en Nicaragua, y la segunda por manifestarse desde el púlpito a favor de las ideas de León Tolstoi.
[7] Luego, se declaró “enemigo” de Acosta debido al veto del presidente a la Ley de Recompensas, que buscaba premiar en forma monetaria a los que habían apoyado la revolución contra Tinoco.
A pesar de ello, la ley fue votada por el Congreso y Volio recibió 10 000 colones por su participación en la rebelión.
Hasta ese momento histórico, no ha habido en la historia del país lenguaje político que defienda los intereses de la clase trabajadora desde la Asamblea Legislativa, y los trabajadores ven en Jorge Volio una esperanza para sus aspiraciones.
[8] Con él, la clase obrera y los pobres buscan una reforma total de la administración pública.
[9] El reformismo es un movimiento de ideología social cristiana, atacado franca y disimuladamente por la Iglesia católica por las posturas anticlericales que ocasionalmente asume su líder.
Dado que en esas elecciones el partido ganador, el Republicano de Ricardo Jiménez Oreamuno, no ha logrado alcanzar la mayoría absoluta, se ve obligado a negociar los votos de los cinco diputados reformistas para elegir a Ricardo Jiménez presidente.
Pactado el acuerdo, Ricardo Jiménez asume como mandatario, con Volio como segundo designado (vicepresidente) y los reformistas dejándose las carteras de Fomento y Educación,[10] Jiménez se compromete con varios puntos de la agenda reformista.
Entonces, Volio se preparó para entrar por su cuenta a Nicaragua desde Liberia, al frente de una tropa costarricense.
Más tarde, Volio se vio obligado a internarse en Bélgica por cuestiones de salud.
En 1940, el presidente Rafael Calderón Guardia lo nombró director general de los Archivos Nacionales.
“Es una personalidad compleja, tormentosa y atormentada, sacudido por grandes inquietudes que lo llevan frecuentemente al borde del abismo”.
[15] Físicamente, Jorge Volio era un hombre de 1,72 m de estatura, color blanco, cara ovalada con cejas negras, ojos pardos, boca pequeña, frente amplia, nariz recta, barba rasurada, pelo negro, peso 152 lbs y complexión bastante fuerte”.
Sus ideales están en mayor concordancia con los de jóvenes intelectuales anarquistas de inspiración libertaria, comunistas, y republicanos rebeldes, tales como Roberto Brenes Mesén, Joaquín García Monge, José María Zeledón, Omar Dengo, Rogelio Fernández Güell y Alfredo González Flores.
[19] También se opuso a la Ley de Vagos promulgada por Julio Acosta, por considerar que atentaba contra el derecho individual.
[22] Volio era partidario de dejar a un lado los partidos personalistas, que eran la tónica en Costa Rica durante su época, y pasar a partidos ideológicos permanentes, como una forma de evitar el oportunismo político.
Dejó varios libros inéditos, entre ellos una Teología Mística según San Juan de la Cruz.