Johann Joachim Winckelmann

En 1755 publicó Gedanken über die Nachahmung der griechischen Werke in der Malerei und Bildhauerkunst (Reflexiones sobre la imitación de las obras griegas en la pintura y la escultura), que tuvo un éxito internacional.

Con esta obra, que además ilustró su amigo Adam Friedrich Oeser, Winckelmann se despediría de Nöthnitz.

Desde su llegada a Roma, publicó obras que influyeron enormemente en las teorías estéticas de la época.

Winckelmann rechaza la naturaleza sensual del arte, manifestación de las pasiones del alma, e inventa la «Belleza antigua», muy unida a la blancura del mármol (en esa época se ignoraba que en la Antigüedad esculturas, relieves y templos eran policromados); su estética se funda en la idealización de la realidad y está condicionada por la libertad política, la democracia.

Fue asesinado a su paso por Trieste el 8 de junio de 1768, en su habitación, por Francesco Arcangeli, un delincuente común que se hospedaba en el mismo hostal y al cual había enseñado unas medallas antiguas que la emperatriz María Teresa le había dado.

De este modo, funda su partición cronológica, desde el origen del arte griego al Imperio romano, en un análisis estilístico, pero no sin equívocos considerables.

Imagina al «espartano» como un hombre excepcional, «que en su infancia fue siempre libre; a la edad de siete años dormía en la tierra desnuda, educado en la lucha y la natación».

Los cuerpos espartanos, así, habrían conseguido su aspecto mediante el ejercicio y eran los ideales masculinos que los escultores reproducían en las estatuas.

La idea fundamental de su teoría es que la finalidad del arte es la belleza pura, y que este objetivo solo puede lograrse cuando los elementos individuales y los comunes son estrictamente dependientes de la visión global del artista.

Su amplio conocimiento y una activa imaginación le permitieron ofrecer sugerencias útiles para los períodos de los que entonces se tenía poca información directa.

Fue leído con gran interés por Lessing, quien había encontrado en las primeras obras de Winckelmann la inspiración para su Laocoonte.

De mucha mayor importancia fue la obra Monumentos antiguos inéditos, con un prefacio titulado Tratado preliminar, donde presentó un esquema general para la historia del arte.

Retrato de Winckelmann por Angelica Kauffmann (1764).
La escultura del clasicismo griego fue para Winckelmann el supremo ideal estético. Diadúmeno de Policleto , versión del Metropolitan Museum de Nueva York .
Portada de Geschichte der Kunst des Altertums , Dresde , 1764.
Gedanken über die Nachahmung der griechischen Werke in der Malerei und Bildhauerkunst (1885).