El uso de estos jarrones fue exclusivamente ceremonial, pues se utilizaron principalmente en rituales funerarios, y son objetos frecuentemente encontrados en los enterramientos en diversos sitios arqueológicos localizados especialmente en la región del Caribe Central, y en menor medida, en el Valle Central de Costa Rica.
Se les considera un arte funerario único y distintivo de los pueblos aborígenes prehispánicos que habitaron la región atlántica del país.
[3] Durante esta fase se da una mayor ocupación del territorio con respecto a periodos cronológicos previos.
En la producción material, se destacan los artesanos especializados en la cerámica y el trabajo de la escultura en piedra.
Junto a los objetos de oro, la cerámica se destaca como la principal ofrenda funeraria, incluyendo los trípodes África.
[13] Los trípodes Ticabán manufacturados durante la fase El Bosque (300 a. C.-300 d. C.) se caracterizan por ser jarrones gruesos con soportes altos y sólidos, que generalmente presentan en sus soportes alguna decoración con forma de animal o de rostro humano.
Estos soportes presentan esferas de arcilla en su interior, lo que les permite funcionar como sonajeros.
[16] Los jarrones África se usaron como ofrenda funeraria en la fase La Selva, comúnmente fragmentados de forma intencional.
Se han encontrado trípodes África en sitios arqueológicos como La Montaña, Polideportivo B y La Fuente.
[19] Los jarrones trípodes son un elemento constante en el ritual funerario durante las fases El Bosque y La Selva.
[30] Los jarrones África son reflejo de una sociedad con una clara jerarquía social, que habitaban aldeas más extensas y complejas, sobre las cuales la élite necesitaba tener control y demostrar su poder, por lo que el tema de la muerte es más explícito.
Es por eso que en estos jarrones se observan figuras de cautivos con las manos atadas, cuerpos descarnados y aves carroñeras que se posan sobre sus cabezas, así como representaciones de cuerpos decapitados y atados.
Personajes con rostros solemnes, en posición semiacuclillada y manos sobre las rodillas, que portan máscaras con rostros de animales (martilla, cocodrilo), e incluso humanos que se transforman en animales, representan chamanes y curanderos en actos de contemplación, meditación o realizando rituales mágicos.
[31] En la mitología bribri, las serpientes se encuentran vinculadas con los malos actos y son portadoras de castigos.
[32] Entre las aves, predomina claramente el zopilote por sobre todas las demás, generalmente solo o sobre una cabeza humana.
Otros animales que pueden observarse con los tucanes, loros, sapos, armadillos y saurios, estos últimos personificados artísticamente con estilización de la cresta.