Estos primitivos huertos culinarios, que incluían las llamadas malas hierbas del jardín, reunían todo tipo de plantas con propiedades medicinales, desde las más elementales en la medicina druídica, como el tomillo, la salvia, el toronjil, etc., hasta otras más sofisticadas.
[2] Por lo general, aquellos huertos culinarios y medicinales incluían un «herbularius» u «hortus medicus».
[3] Entre los primeros jardines medicinales pueden enumerarse los creados en Italia en 1334 en Venecia, y en Salerno el fundado por Matthaeus Silvaticus.
El Hortus Botanicus (1590), concebido en 1587 como hortus academicus para la universidad de Leiden, prosperó bajo la dirección del botánico Carolus Clusius hasta reunir más de mil especies diferentes.
Poco más tarde, en 1597, el boticario y herborista John Gerard en su obra Herball o Generall Historie of Plantes,[6] recogía lo que sería el catálogo razonado de los jardines medicinales, tanto públicos como privados, instituidos en toda Europa.