El nombre es de origen semítico occidental, atestiguado en inscripciones cuneiformes (acadias) del segundo milenio a. C. como Ya-ah-qu-ub-el o bien Ya-qu-ub-el.
[2] La forma compuesta sugiere, según la hipótesis más aceptada, que el nombre significa « Proteja (el dios) 'El» (o «Baal»).
Sujetar a alguien por el talón era, además, una expresión que podía interpretarse como «suplantar», «quitar a otro del medio», y ese sentido es explicitado en el mismo libro (27:36) en boca del propio Esaú: «Bien llamaron su nombre Jacob, pues ya me ha suplantado (יַּעְקְבֵנִי) dos veces: se apoderó de mi primogenitura, y he aquí ahora ha tomado mi bendición...»[7][8] La traducción griega de la Biblia, conocida como Septuaginta, trascribe el nombre como Iakōbos (Ιακωβος) de donde procede el latín: Iacobus y el español Jacobo.
Diego, al parecer, deriva de una incorrecta separación del nombre Santiago, San Tiago[12] (que dio la variante portuguesa Tiago, usada también como nombre) que devino, quizás por razones de eufonía, en Diago y luego Diego y su variante portuguesa Diogo.
[15] La variante Jaime proviene del latín Iacomus, una forma dialectal occitana de Iacobus que dio origen a James en francés antiguo y en inglés medio.