El himno binacional de Sant Martín es O sweet Saint-Martin's Land.
En cambio Saba, San Cristóbal y Nieves están más alejadas, aunque generalmente visibles.
El resto del litoral es a menudo brusco con acantilados que alcanzan cuarenta metros de cumbre.
Es necesario añadir la isla Guirigay situada a tres kilómetros de la costa.
Las elevaciones tienen una altitud media de 300 metros aproximadamente cortadas por varios collados.
La más alta cumbre es el pico Paraíso, culminante a 424 metros de altitud, en la zona francesa (que se puede ascender mediante una carretera).
Los primeros rastros de asentamiento se remontan a hace ahora 4000 años.
A pesar de la riqueza de sus salinas, fue poco colonizada por los españoles lo que dio pie a que tanto franceses como neerlandeses, y en algunas ocasiones ingleses, vieran una oportunidad para ocupar la isla.
En 1644, este fuerte y su guarnición resiste a un ataque del famoso capitán neerlandés Peter Stuyvesant.
En 1734, se firma en San Martín, un tratado franco-neerlandés de neutralidad (lo cual descontenta a los ingleses).
Por ello, en 1750 se inicia la construcción del Fuerte Louis que domina el pueblo de Marigot y su bahía.
El Comisario de la República, Pierre-Charles Dormoy, secuestra los bienes que pertenecen a los ciudadanos británico.
Más adelante, entre 1798-1800 Victor Hugues establece los Corsarios de la República durante la Cuasi-Guerra con los EE.
Mery d'Arcy abre los primeros salinos industriales sobre Grande-Casilla y el estanque Chevrise.
Francia siempre ha querido conservar su soberanía territorial sobre esta pequeña colonia, pero la ha considerado como secundaria con relación a las otras mayores islas francesas de las Antillas.
Son sus insuficientes recursos la causa del poco interés de la metrópoli gala.
El Gobierno francés se desinteresa de la colonia, excepto para recuperar a algunos soldados en las dos Guerras Mundiales.
A lo largo del siglo XX se inicia una gran influencia estadounidense en la zona.
La inmigración preponderante es de ascendencia haitiana, neerlandesa, francesa, dominicana y recientemente de otros países latinoamericanos sin mencionar a los estadounidenses, canadienses y europeos que viven parte del año en la isla mientras es invierno en el hemisferio norte.
Una carretera principal permite dar la vuelta a la isla por la costa con el fin de las colinas interiores.