Tuvieron un único hijo, Antonio Gregorio Mier y Pesado, quien murió a los pocos días de nacido, lo que causó gran depresión a Isabel, según escribió ella misma.Dejó a su esposa doña Isabel Pesado como albacea y heredera universal de su fortuna, misma que ella unió a la suya en su testamento, registrado en 1907.[cita requerida] Su legado fue para dar vida a dos escuelas: el Instituto Mier y Pesado, para niñas, ubicado en la Calzada de Guadalupe de la Ciudad de México, y la Escuela Mier y Pesado, en Coyoacán, para niños.Dejé mis claveles rojos Sembrados junto a la fuente Y me traje solamente Las lágrimas en los ojos.Lejos de mi hogar querido Donde todo fue ventura; Hoy recuerdo con tristura El bien que lloro perdido.