Por el centro han pasado numerosas personalidades ilustres a lo largo de su historia.
Su primera sede estuvo situada en el convento de San Agustín, para trasladarse poco después al convento de los Franciscanos, donde fue visitado por el rey Alfonso XII.
Entre 1936 y 1939 el instituto fue utilizado como sede de los tribunales populares, donde se ajusticiaba a sediciosos, y como cuartel y centro de instrucción de las Brigadas Internacionales, que tuvieron en Albacete su cuartel general.
[5][3] El imponente y monumental edificio, de estilo modernista y rasgos eclécticos, se divide en tres cuerpos: En cuanto al interior, destaca su gran escalinata de mármol pulido, en cuyo techo se dispone una cúpula-vidriera, decorada con vivos colores, y el escudo de la ciudad.
Dicha escalera está presidida por un gran mapa de la península ibérica, y cuenta en su parte baja con dos cuerpos decorados con casetones.