[7] Se también impartía educación física dos veces por semana, con miras a que los jóvenes estuvieran en condiciones de soportar el entrenamiento militar.
[8] La enseñanza profesional consistía en la instrucción práctica de cultivo, con los métodos más novedosos que existían en ese momento para explotar el terreno, sacando el mayor provecho con el menor costo.
[12] Los indígenas en ese entonces podían optar a una beca en el Instituto Nacional Central para Varones y si no la conseguían, entonces podían solicitar ingreso al Instituto Agrícola presentando una nota al Ministerio de Instrucción Pública, en donde les concedían las becas correspondientes.
[14] Para aprobar los cursos, los estudiantes tenían que sostener dos actos públicos: uno en Gramática Castellana y el otro en Sistema Métrico Decimal.
[17] Tras el derrocamiento del licenciado Estrada Cabrera, la Escuela Normal fue trasladada a las instalaciones que ocupara el «Liceo Joaquina» en el centro de la ciudad.