La inmigración en Uruguay corresponde a una parte fundamental de la demografía e historia misma del país.
[11] Este grupo dio origen a los afrouruguayos, y trajo consigo expresiones culturales que conformaron la identidad del país, como el candombe.
[12] Pronto llegarían oriundos de otros países europeos, principalmente alemanes, ingleses y franceses, interesados en el comercio.
[13] En la etapa colonial coexistían inmigrantes de diferentes orígenes y grupos raciales, lo cual dio lugar al mestizaje.
Sin embargo, tras el fin del conflicto, el flujo migratorio se incrementó, comenzando a llegar inmigrantes de otros orígenes europeos.
Asimismo, provocó que el tema de la inmigración sea tratado nuevamente en el ámbito político.
No obstante, se considera que el primer alemán en arribar al territorio uruguayo fue Ulrich Schmidl, en el siglo XVI.
[55] Entre estos inmigrantes se practicaban diferentes religiones, habían cristianos protestantes, menonitas, así como judíos.
[63] El país se caracteriza por una importante herencia británica, que influyó en la sociedad uruguaya, tales como la introducción de deportes ingleses, como el fútbol y el rugby.
Iniciando a mediados del siglo XIX, en su mayoría provenían de Galicia, el País Vasco y Cataluña.
[2] Festividades como la Noche de San Juan y costumbres como las Doce uvas se encuentran fuertemente arraigadas en la cultura local.
A partir de 1870, y hasta los primeros años del siglo XX se produce una oleada inmigratoria producida debido a la tercera guerra carlista y sus consecuencias en el medio rural, así como al servicio militar obligatorio en Francia.
[95] Según estimaciones, en 1841 la colonia gala en la capital estaba compuesta por aproximadamente 18.000 personas, casi la tercera parte de su población total.
[106] A mediados del siglo XX, educadores e integrantes de la congregación católica irlandesa Hermanos Cristianos se afincaron en el país, y fundaron el colegio Stella Maris en 1955.
[114] No solo se afincaban en Montevideo, sino también en el interior del país, principalmente en ciudades como Mercedes, Paysandú y Salto.
En 1918 existían Montevideo veintiséis asociaciones italianas, la más antigua de ellas era la Società Reduci Patrie Battaglie, fundada en 1878.
[141] La única víctima uruguaya del Holocausto fue Ana Bálog, una niña nacida en Montevideo e hija de inmigrantes húngaros.
[142] La inmigración de lituanos a Uruguay tuvo lugar principalmente en las primeras décadas del siglo XX, y estuvo motivada por la inestabilidad política y conflictos bélicos que atravesaba Lituania tras su independencia del Imperio Ruso en 1918.
La comunidad lituano-uruguaya es la tercera más numerosa en América del Sur, por detrás de la brasileña y la argentina.
[144] Esta división ideológica también se vio reflejada en la creación de distintos periódicos, como el Naujoji Banga, que era cercano al Partido Socialista.
[152] En el período de entreguerras, se estima que llegaron a Uruguay, aproximadamente 8.000 inmigrantes polacos.
[51] Esta ola migratoria ha incluido una judíos argentinos, que se han afincado en el departamento de Maldonado, sumándose a la prominente comunidad judía uruguaya ya existente en la zona.
[168] En los últimos años del siglo XIX, se produjo la llegada a Montevideo, una considerable cantidad de sefardíes desde Buenos Aires.
[172] A lo largo de la frontera entre Uruguay y Brasil existen localicadades fronterizas como Chuy-Chuí, Rivera-Santana do Livramento y Artigas-Quaraí, en las cuales no existen grandes barreras físicas lo cual conlleva a la existencia de un fuerte intercambio cultural, económico, educativo y social entre las poblaciones de ambos ambos márgenes del límite internacional, dando lugar a "ciudades binacionales".
[205] En 1965, Uruguay fue el primer país del mundo en reconocer oficialmente los eventos ocurridos entre 1915 y 1923 como un «genocidio» .
[206] Compuesta por 16-20 mil integrantes, la comunidad armenio-uruguaya ha sido prominente en el ámbito político, deportivo, mediático y cultural de Uruguay.
[211] En 1924 se creó la misión católica maronita, con la llegada de Jorge Shallita, su primer abad.
[212] La presencia nipona en Uruguay se remota a las primeras décadas de siglo XX.
[218] Gran parte de los inmigrantes provenía del ámbito rural, lo cual repercutió en las actividades que desarrollaron en Uruguay, fundamentalmente la floricultura.
[219][220] El flujo migratorio de nipones a Uruguay se desarrolló principalmente en dos períodos, el primero abarcando desde inicios del siglo XX hasta la Segunda Guerra Mundial, época en la que se dio una gran migración hacia América del Sur desde Japón; y el segundo, abarcando las décadas de 1950 y 1960.