La inmigración japonesa en Uruguay comenzó a principios del siglo XX, y se caracterizó por ser poco numerosa y fundamentalmente indirecta, es decir, que el inmigrante japonés anteriormente se había establecido en otro país sudamericano, migrando posteriormente a Uruguay.
[4] Conforme menciona Masami Takemoto —embajador de Japón en Uruguay hasta el año 2010—, el primero de estos migrantes del primer flujo migratorio fue Seiji Tsubota (坪田静仁, Tsubota Seiji?
[2] Con la segunda corriente migratoria, en la que venían solos desde Japón como estudiantes experimentales, la población de japoneses en Uruguay —si bien reducida en número— creció considerablemente.
[2] La mayoría de los inmigrantes provenía del medio rural, y esto se reflejó en el sector de actividad en al que se iban a dedicar, fundamentalmente en la floricultura.
[1] Un sitio singular lo constituye el Jardín Japonés de Montevideo, ubicado en el barrio Prado.