Ingravescentibus malis

Las tres encíclicas eran claras manifestaciones de los gravísimo males que mueven al papa a acudir a la intercesión de la Virgen por medio del rezo del Santo Rosario.Comienza la encíclica recordando como ya otras veces ha señalado el único medio eficaz para resolver la difícil situación que atraviesa la sociedad.A esto se une las consecuencias de los que niegan a Dios, y desacreditan la esperanza del cielo, poniendo todos los medios -también ilícitos- para conseguir la felicidad en la vida presente; unos planteamientos que destruye el orden social y conduce a las rebeliones y la guerra civil.El mes de octubre -la encíclica se publica en la fiesta de San Miguel, faltan por tanto unos días antes de que empiece octubre- es un momento especialmente indicado para vivir esta oración; y el papa pide que así se haga tanto en las iglesias como en lcas casas privadas.Las muchas ocupaciones y trabajos no son motivo para omitir esta oración; el papa explica como también él a pesar de sus muchos trabajos no deja de rezarlo.