Derrotado Lavalle, en 1830 se incorporó a las fuerzas del general Paz y participó en la batalla de Oncativo.
En una oportunidad, estando en San Juan, le negó el ascenso al entonces teniente Domingo Faustino Sarmiento.
Durante el segundo gobierno de Rosas se exilió en Montevideo.
Abandonó esa provincia tras la fracasada revolución de Paz contra Joaquín Madariaga.
Fue ascendido al grado de general por el presidente Sarmiento, no sin antes recordarle la vieja historia del ascenso denegado.