El palacio real disponía inicialmente en Santa María de una capilla propia dedicada a San Jorge.
Los vitrales del rosetón son modernos (se repusieron en 1998) y están formados por mosaicos que forman un patrón abstracto con cierta simetría radial.
Ambas esculturas han sufrido el desgaste debido al paso del tiempo a la intemperie.
La decoración de la torre es austera, habiendo perdido posiblemente toda la policromía en las últimas restauraciones.
El campanario abre dos vanos en cada cara, dónde se ubican las campanas, decorados como si de una pequeña portada gótica se tratara, mediante abocinamiento del vano y columnillas.
Entre los años 2015 y 2016 se llevó a cabo una restauración del pórtico.