Los primeros relatos históricos en el territorio que más tarde sería Suiza, fueron escritos por religiosos y datan de la Alta Edad Media, cuando el país estaba dividido entre los burgundios al oeste y los alamanes al este del Río Aar.
[2] Los monjes redactaron las biografías de algunos personajes no religiosos como, por ejemplo Notker Balbulus, o al final del siglo IX otra obra sobre Carlomagno.
[3] Desde el siglo VIII los abades van publicando anuarios donde explican los acontecimientos contemporáneos vistos por los monjes.
Tras los primerosAnnales Alamannici, compuestos inicialmente entre los años 709 y 799, y más tarde continuados con el nombre de Annales Sangallenses majores aparecen sucesivamente en el siglo X los anuarios de Einsiedeln.
[dhs 3] En orden cronológico, las primeras crónicas de que disponemos son las Berner Chronik.
[notas 4] Esta obra fue denunciada en el siglo XIX como falsa, aunque fue usada como una fuente primaria durante muchos años.
[10] A principios del siglo XVI, con la llegada de la imprenta se permitió una difusión más amplia de las obras: así, la Kronica von der loblichen Eydtgnoschaft escrita por Petermann Etterlin fue la primera obra histórica impresa en Suiza en el año 1507.
[18] Sin embargo, la realización más importante en el dominio de la Historiografía durante la Ilustración en Suiza fue el Diccionario Enciclopédico Allgemeines Helvetisches, Eydgenössisches, Oder Schweitzerisches Lexicon del político y banquero zuriqués Johann Jacob Leu, cuyos 20 volúmenes, completamente escritos por él mismo aparecen entre 1786 y 1795, seguidos por la publicación de seis volúmenes complementarios de manos del farmacéutico Hans Jakob Holzhalb.
[19] Esta posición crítica ante las fuentes empleadas por los autores del pasado se desarrolla durante el siglo XIX, en particular con Joseph Eutych Koppquien introdujo la noción del mito de Tell,[20] Pierre Vaucher[21] o Albert Rilliet y su obra Los orígenes de la Confederación Suiza, historia y leyenda.
Al mismo tiempo se crean Facultades de Letras en las grandes universidades del país.
En el año 1811, aparece la primera Sociedad General Suiza de Historia, seguida durante todo el siglo por sociedades cantonales, regionales o locales que publicarán revistas más o menos populares.
[29] En los años siguientes, numerosos participantes directos en la Guerra del Sonderbund hacen aparecer sus memorias, recuerdos o estudios: se posicionan en posturas radicales tanto los ganadores como los perdedores.
Constantin Siegwart-Müller quien titula sus memorias como La victoria de la violencia sobre la ley[30] o con Joseph Balthasar Ulrich, su secretario, y su libro La Guerra Civil Suiza.
[37] Durante el mismo periodo, en el extranjero Suiza se ve como una imagen idílica «Arcadia poblada por pastores que viven en absoluta igualdad, con la leche de sus ovejas, y sus cabañas decoradas con flores»; progresivamente esta imagen exportada por la literatura hace creer a los mismos suizos que sus ancestros son pastores y que la continuación del país pasa obligatoriamente por una vuelta a los orígenes primitivos.
[dhs 10] A la inversa, tanto el siglo XVII como los principios del siglo XVIII se consideran como períodos de inmovilismo y de división interna, y son poco estudiados si no es en el plano cultural o religioso.
[41] En este período también empieza el estudio de la historia del derecho en Suiza.
[dhs 11] El modelo histórico apoyado por el Partido Radical Democrático Suizo, con el advenimiento del Estado Federal en 1848 como un objetivo último, se ve obstaculizada por la entrada del país en el siglo XX, entrada marcada por una parte por los incesantes conflictos sociales que conducirían a la Huelga Genera de 1918 y, por otra parte, por una gestión financiera desastrosa derivada de los gastos producidos por la movilización de la Primera Guerra Mundial por parte del Gobierno Federal.
[46] Su obra, sin embargo, no fue especialmente famoso, y únicamente será redescubierto unos años más tarde.
[48] Durante este mismo período aparece el Diccionario Histórico y Biográfico de Suiza cuyos siete volúmenes serán editados y en parte escritos por Victor Attinger; realizado en una situación material complicada debido en especial a la indisciplina de los autores.