Historia de la prensa española en democracia

Asimismo, fue importante la labor de los nuevos diarios nacionalistas en las comunidades históricas (Egin, Deia, Avui) así como el diario El País de ámbito estatal, especialmente comprometido con la defensa del sistema democrático.

[1]​ ABC se niega a suscribir este artículo, ya que no estaba de acuerdo con dicha legalización.

Sin embargo, el proceso de la transición hacia la democracia no fue fácil.

Otras publicaciones que estaban en la calle al comenzar esta nueva etapa fueron Cuadernos para el Diálogo, muy crítico con el régimen desde bases democristianas; la revista Triunfo, de información general pero con contenidos políticos sociales y económicos opuestos al régimen; Destino, que había nacido en Burgos en plena guerra civil como una revista de Falange pero que en los años sesenta empezó a incorporar críticas antifranquistas; la revista Cambio 16, cuyo nombre se adoptó en referencia a los dieciséis periodistas, intelectuales y empresarios que la fundaron, nacida en 1971 con el subtítulo de Semanario de Economía y Sociedad.

Dos meses después, Adolfo Suárez es nombrado presidente del Gobierno, decisión que fue mal acogida por los principales periódicos del momento: El País, Cambio 16 y Ya que señalaban como candidatos posibles a los veteranos Fraga o Areilza.

Surgió con unas expectativas muy amplias que resultaron irrealizables por la crisis interna del periódico: Miguel Ángel Aguilar sustituyó como director a Ricardo Utrilla por serios problemas económicos.

En este año comenzó a funcionar TeleEFE que más tarde se llamó VideoEFE.

También se lanzó una edición para la capital, El Periódico de Madrid, que sin embargo fue un fracaso.

El veterano La Vanguardia, perteneciente al Grupo Godó, pasó sin problemas este período histórico.

Gracias a esta, se redujo el intervencionismo del Estado y se instauró el predominio de las leyes de mercado como la libre empresa y la libre competencia, entre otras.

En 1980 terminó sus días la antiquísima revista Destino que había nacido en plena guerra civil y que desde el falangismo había ido evolucionando hasta convertirse en revista cultural próxima a Europa.

En el mismo año desaparece finalmente la revista de información general Triunfo.

El País otorgaba la victoria al PSOE por mayoría absoluta,[3]​ sin embargo, el católico Ya no la vio con buenos ojos, aunque la acató y culpó de la subida del socialismo a la dejadez de UCD.

Tres años más tarde, aparece ETB2 que tendrá una programación generalista en español y, de este modo, ETB1 lo hará completamente en euskera.

Este mismo año comienza sus emisiones la televisión regional de Madrid Telemadrid.

La Guerra del Golfo supuso otro importante hito en la historia del periodismo español por la manera de afrontar la cobertura informativa de unos hechos cuya lectura no siempre coincidía con la versión oficial.

Tuvieron que realizar un gran esfuerzo informativo para acercar al público español estos acontecimientos de tan enorme trascendencia, aunque no todos ellos sostuvieron los mismos planteamientos.

Fue el único corresponsal de la prensa escrita española, lo cual también supuso un hito histórico.

Este mismo año también apareció y fracasó en Madrid el diario sensacionalista Claro que tras cinco meses de dificultades cerró con grandes pérdidas.

En 1993 se superaron los cuatro millones de ejemplares diarios y siguió incrementando el número durante los dos años siguientes.

Sin embargo, en 1996 experimentó un considerable descenso coincidiendo con las primeras ediciones digitales de la prensa española.

Los atentados del 11 de septiembre de 2001 sobre las Torres Gemelas, supusieron un importante replanteamiento interno en cuanto al papel social que tenía la prensa en el mundo actual, cuando parecía que su labor se había trivializado.

Esta repercusión también llegó a la prensa española pero no tuvo un efecto muy duradero.

[4]​ Sin embargo, poco tiempo después, los atentados del 11 de marzo de 2004 sí que influyeron extraordinariamente en el corazón de la prensa española, no sólo en cuanto al papel que jugaron en esos días, sino también en la posterior reflexión sobre su actuación, lo que dejó al descubierto las carencias y los errores cometidos en esas trágicas e intensas jornadas.

[5]​[6]​[7]​ La prensa española, como la de casi todo el mundo, está claramente en crisis.

El clásico periódico de pago de información general está haciendo grandes esfuerzos para salir todos los días a la calle y vive especialmente amenazado por el ciberperiodismo y la prensa gratuita.

Por otro lado, se encuentran los problemas de la concentración mediática, la competencia que sufre desde la televisión o la radio, la caída de la publicidad, o los problemas jurídicos que, entre otras cosas, mantienen en permanente indefinición la profesión periodística.

Los nuevos “cibermedios”, que nacieron como “periódicos electrónicos”, se han configurado en función de herramientas tecnológicas imposibles para el papel.

El hipertexto, las entrevistas en tiempo real de los lectores, los foros, los blogs, los gráficos animados, son algunos ejemplos.

Estos grupos son, con los diarios que los forman: “La mayor revolución en la prensa escrita de los últimos años no se ha producido por un profundo cambio tecnológico sino por la aplicación de una idea tan simple como eficaz: regalar un periódico gratuito en el Metro, que pueda leerse medio dormido en los 20 minutos que se tarda en llegar a la oficina”.

Sede de la Asociación de la Prensa de Madrid , inaugurada en 1983.