La tradición establece como último rey de Roma a Tarquinio el Soberbio, personaje despiadado y déspota.Todo esto hacía que la institución consular fuera un órgano de gobierno muy especial en Roma.Su fin era manifiesto: conservar la autoridad real intacta, sin dividirla, y limitarla oponiéndola a sí misma.Y para evitar el exceso de los cónsules su mandato quedó limitado a un año.En un primer momento nadie se levantó contra esto debido a la guerra, pero más tarde originaría numerosos conflictos.Al enterarse Tarquinio, montó en cólera y declaró la guerra a Roma con el apoyo de Veyes.Los dos nuevos cónsules no tardaron en reaccionar y salieron al paso de Tarquinio, venciéndole en una batalla aterradora donde Bruto encontró la muerte.Escévola es rodeado al instante por los soldados de la guardia real que, por orden de Porsena, enarbolan antorchas y amenazan con someterlo al fuego si no responde quién es, por dónde llegó y cuántos se hallaban con él.Con todo esto, y por quedar su mano derecha inutilizable, Cayo Mucio se ganó el apodo de Scevola, que en latín significa zurdo.No se dio por vencido Tarquinio y organizó un nuevo ataque ayudado esta vez por los Latinos.Muchos historiadores han querido pensar que todas las guerras a las que se vio abocada Roma en los primeros tiempos de la República fueron el resultado del vacío de poder dejado por los etruscos y una clara pugna entre todas las tribus del Lacio por hacerse con él.Como representante principal de los plebeyos romanos, se requería que la casa del Tribuno estuviera abierta todo el tiempo, día y noche.El primero, formado por patricios, fue presidido por Apio Claudio, y las leyes que redactó, fueron inscritas en diez tablas.El segundo,formado por patricios y plebeyos, con la misma presidencia, fue menos efectivo, pues su labor se limitó a dos tablas.Además, estuvo lastrado por ambiciones personales, y al término del año de su gobierno, sus componentes se negaron a dimitir, como era normativo.Finalmente el decemvirato cayó, y se volvió al sistema tradicional del doble consulado.La misión de los decemviros era redactar nuevas leyes, para regular las relaciones entre los ciudadanos, normativa que tomó cuerpo en la Ley de las XII Tablas (Lex XII Tabularum), un texto legal que contenía normas para regular la convivencia del pueblo romano.Los clusianos, desbordados por el tamaño del ejército enemigo y por su ferocidad, pidieron ayuda a Roma, aunque no eran amigos ni aliados.Muchos de los ciudadanos más mayores formaban en el centro y serían echados en falta en la calamidad que sobrevendría después.Tito Livio comenta que todos corrieron a Roma y se refugiaron en el Capitolio sin antes cerrar las puertas.El mensajero partió con la aprobación del Senado, pero los galos se dieron cuenta de este camino hacia la colina y atacaron.Los gansos capitolinos, por su parte, y en reconocimiento por haber sido la única advertencia del ataque, eran traídos a ver el espectáculo en cojines de color púrpura.Camilo fue nombrado de nuevo dictador, e hizo a Gayo Servilio Ahala su magister equitum.¿Fueron denominados así hasta la creación de la pretura o fue este nombre rescatado del olvido para designar la nueva magistratura?Su nombramiento recayó en los Comicios Centuriados y con el mismo ceremonial religioso que se usaba para la elección del cónsul.Los samnitas eran una de estas rudas tribus apeninas que se habían expandido hacia la costa campana, donde habían tomado contacto con la más avanzada civilización griega, y que suponía su salida natural al mar para dominar así los mercados tirrenos.Incluso algunas guarniciones romanas en Campania se rebelaron, motines que fueron reprimidos por Valerio Corvo con comprensión hacia sus soldados.Sólo los laurentes del Lacio y los equites de Campania permanecieron fieles a Roma, así como los pelignos.Los cónsules romanos eran Publio Decio Mus, quien sacrificó su vida en la batalla para obtener el favor de los dioses romanos, y Tito Manlio Torcuato, quien restauró la disciplina del ejército ejecutando a su propio hijo tras un acto de desobediencia involuntaria.Sin embargo, en 321 a. C. los samnitas cercaron al ejército romano en las Horcas Caudinas, permitiendo su retirada en condiciones humillantes, y suponiendo el fin de la contienda hasta ese momento.