Según la leyenda, mientras Colatino estaba lejos de casa, su primo, Sexto Tarquinio, hijo del rey Tarquinio el Soberbio, fue a su casa por la noche con la intención de violar a Lucrecia.
Enfurecido por el acto de su primo, Colatino y su suegro dieron noticia del crimen al pueblo.
Fueron apoyados por Lucio Junio Bruto, el sobrino del rey, y por los demás que habían sufrido diversas crueldades a manos del rey y de sus hijos.
Mientras el rey estaba ausente en campaña, los conspiradores cerraron las puertas de Roma y establecieron un gobierno republicano encabezado por dos cónsules, considerando que un hombre no debía ser el único amo de Roma.
Publio Valerio Publícola fue nombrado cónsul suffectus en el lugar de Colatino junto con el anciano Espurio Lucrecio Tricipitino en lugar de Bruto; pero este murió poco después y Marco Horacio Pulvilo se convirtió en cónsul en su lugar, siendo el quinto y último cónsul del primer año de la República.